Todos hablan. La vida gira en torno a un punto centrico que se torna confuso cuando los dias de excitacion y desvarios en la adolescencia acabaron.
Rememoras el ayer con nostalgia, ansias y suspiros que van a posarse en el umbral de la distancia. Sientes en tu cuerpo el paso de los años, te centras en una labor y te limitas a disfrutar de los ultimos momentos que te quedan para evadirte entre copas. Ya solo te queda refugiarte en objetos inciertos que no sabran mantener por si solos, mientras la asiduidad con la que te enganchas a la vibora del deber te otogan mayor distancia con las personas que llegaron a irradiar con su sonrisa los espacios en blanco de tu vida.
Es ridiculo. Mientras miro el pesar de mis dias pasados en agonia y comparo en ejemplos fechas los instantes que fueron mas intensos dejaron una huella que ahora son marcados en el retorno del resto de memorias detalles insignificantes que pasaron desapercibidos.
Es esta etapa la que todos añoran, la que todos recuerdan como un milagro; las iniviciones, la muchedumbre, las luchas por las ilusiones por quiener podran ser.
Miro el vacio de mis atardeceres, cuando la tenuidad no dejaba contemplar los rostros marchitos de las lagrimas que estaban aun por derramar en la soledad que otorga el olvido de una presencia que avandona su destino por seguir los dictados de su corazon, un corazon apuñalado por los seres que ha dado importancia, mientras se desvanece la llama, mientras prevalece el descuido de un pasado que no se puede evocar porque dolor trae consigo.
Es en estos lamentos descargo mi fustracion, por no poder contemplar la inmensidad del mundo, por ser incompleto, por no poder redimirme de mis recuerdos, por sentir que mi mundo se desvanece y desaparece conmigo.
