viernes, 13 de septiembre de 2019

Reencuentros tardíos

Ha pasado una semana desde que nuestros caminos se entrelazaron en la inmensidad de la vida, y de todos los lugares has parado a mi vera. Sentimientos encontrados amanecen junto a tu silueta que no hace sino soñozar con la libertad del mañana, lejos de todo aquel que pueda interrumpir su destino.

Mas yo, débil e iluso, he caído en las trampas de un pensamiento inverosímil que soñaba con volverte a ver y considerar que tu presencia era fuente de vida. Barreras que algún día intente trazar, hoy han caído sin resistencia, a tus encantos. Porque sin siquiera conocer todos los secretos que se esconden bajo mi piel, me has enseñado la voluntad y la vitalidad con la que uno puede tomar las riendas de uno mismo.

Valoro todos tus esfuerzos, pues eres el héroe de mi ausencia, aquel que camina y destina a un futuro incierto, ya que tu alma despide eterna bendición y tu cuerpo jamás será mío. Aun así me has cogido de la mano y has compartido mis besos. Caricias que habré de depositar en un andén de vuelta desde su destino. Debo reconocer que has extasiado mis pensamientos con lujurias de adolescente pueril, y que en mi fantasía, acompañabas el placer de la piel. Palabras rotas en el silencio de mi mirada, callada por no tomar el rumbo equivocado que lleve a tu despedida.

Porque estoy solo, e imagino estar a tu lado. Completamente en tu ausencia de querer, he encontrado consuelo en tu abrazo cuando cierro mis ojos. Y en mi mente me encuentro hablando conmigo mismo pensando si habrá una oportunidad para nosotros.

Te amo. Pero al terminar la tarde, te has ido, y me quedo interpretando el personaje que soy. Una cáscara vacía del eco de un alma, pues mi ser se desvaneció con el tiempo que rehuyo del sufrimiento que era no ser correspondido. Haz lo que quieras conmigo, pues ya estoy muerto. Es solo tu presencia que me hace creer que todavía hay parte de mi en mi ser, y vuelvo a encontrar sentido a lo que hago, en vez de ser útil; sirvo para vivir.

Demostrándome que tú vives en un mundo de felicidad del que jamás podré ser parte.