El eco de lejanos vientos de musica ancestral claman en mis oidos, la niebla de turba se disipa con el paso de este sonido. Esta es mi historia, la que contemplo.
Borrosa vision de las sombras que yacen en el suelo, camino sin cesar por el universo, del cielo a la tierra y del sol que se postra frente a su recuerdo. Agujas que marcan otros tiempos, la alegria que hoy guardo en mi atiyo, inocencia al redescubrir todo aquello.
Suave flauta de bambu narra al arbol marchito la historia de su pueblo - "No esta muerto, solo esta dormido" - bramaba con sus soplidos. Y es cierto que soyozando en una tarde fria de invierno su cantico llego a resonar en toda la montaña que parecia cantar con el y acompañar su capricho.
Suspendido entre notas, trance de su melodia, atrapado en un sueño en siglos de paz, cayeron del cielo, acompañando el momento, copos estrellados como polvo de invierno.
Armonia en el silencio despues del recital en el encendido de farolillos...
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