domingo, 19 de octubre de 2008

Renacimiento


Contemplando la luna, dejandonos acariciar por la suave luz del rostro suspendido en siglos de existencia, tu y yo permaneciamos expectantes. Como dos gatos ante el encanto del universo.

Espejo en el que se reflejan nuestras almas, danzando al compas del viento, gestos de armonia y sentimiento, sinfonias ocultas de misteriosos secretos. Eres tu y ninguna otra con la que mejor me siento. Entre roces y caricias inocentes y besos benditos, iluminan mi rostro con su dulce aliento de voz con la que proclama un 'te quiero'.

Mis manos en tus manos, tu tacto de seda en mi pelo. Y es que solo con vernos, no necesitamos decir mas, pues con un vistazo el uno al otro el mundo se devanece en otro abrazo de acercamiento, en reencuentro con tu alma, alma incandescente, pasion y energia sin frenos en una persona tan bella que hace sucumbir al mas ingenuo en sus encantos de mujer.

Y si todavia me atrevo a preguntar por que no te encuentro, descubrire sin miedo, que siempre estoy contigo. Desde el mismo instante en que te conoci,salvo en exceptuada excepcion, rellene esos momentos con la presencia y la mirada en el universo, universo en tus ojos de fuego, es mirarte y contemplarte una de mis mayores sueños.

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