jueves, 8 de octubre de 2009

Fulgor


Apenas sin buscar has aparecido, fuerte y resplandeciente, el hilo de seda con el que tocas mi piel. Tu tacto me invade y me produce plenitud. Sin apariencia me irradias, sabes deslizarte entre mis memorias de pensamientos corruptos otorgandome paz.

No hay cabida de duda en cuando siento que nace de mi una nueva esperanza, en cuarto surges, la firmeza permanece y tu fortaleza me abriga. Es Amor cuando en mi soledad acaricias mi estancia haciendome vivir tus experiencias, pues cuando te busco encuentro aliento a mis dias de vida, es en la cornisa de la existencia cuando mas noto tu presencia. Etereos consejos sin sonido en la fugacidad de un suspiro en cuanto exhalas tus bendiciones sobre mi alma.

Oniricos momentos en los que emanas paz. Mi tiempo se detiene en el destello de tu primer amanecer sobre los retazos de una memoria perdida en el espacio y se eleva con exalzada impetu hasta encontrarme en plenitud entre la comodidad de tus suaves alas cuando alzas en pos del ascenso por un mar de estrellas que me trasladan hasta el abrazo de tu Verdad para asi hallar la respuesta a mi razon.

Se desvanece el mundo y tus mantos son desplegados para acogerme en tu profundidad, otorgandome esa sabiduria a la que he accedido cuando en ti me sostengo. Ese punto de inflexion entre la mente y el recuerdo comienza a dar la curiosidad en la veracidad de tus creencias, es entonces, en la tesitura de este delirio, donde se muestra aquello que habias olvidado, otorgandote asi la oportunidad de repetir una vez mas, la Felicidad.

Este intelecto febril, solo hace entendibles
a las personas que lo hayan sentido de verdad,
este viaje sin retorno hasta la intensa evidencia.

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