16 - VII - 08

Yaciente sobre mi lecho escucho gritos en mi cabeza que me impulsan al abatimiento y el remordimiento de una verguenza sumergida entre lagrimas de consuelo. Consuelo que escapa hacia una pena que agoniza y amenaza con cuchillos afilados subre el pecho.

He aqui el esclavo de tu noche que escapa de su celda y se deja ver aunque con su coraza, la parte mas intima de su ser, y no me refiero a lo que querrais creer, sino al mismo sentido que guia mi vida y sierva de tu merced se siente dicha cuando dejas de ser pues, deseo del dia que nos volvemos a ver.

Mi alma desgarrada por tantos nuevos inquilinos de su corazon que no entiende que la mente no esxplique y decida que parte de ellos tienen razon, pues uno es la desilusion y el otro la esperanza. La esperanza corre como un rio fuerte hacia su perdicion en el mar y se ve frenada cuando el arbol de la desilusion hace mella en sus aguas cristalinas puras cruzandose en su camino y sembrando confusion y divergencia.

"Levantate pues" - dice mi cabeza - "que aunque arrebatado sea el destino, luchas por sueños sin sentido, en pos de una perdicion que reina dentro de tu corazon" - continuo - "porque ella es el pecado que inmortal sentimiento hace que emane este sentimiento de un nacimiento que debes para y dejar morir sus aguas en el estanque mas apartado" - añadio y prosiguio - "¿No ves que lo que tu te esfuerzas en creer que existe, algo que disfrazas con Amor, no es mas uno de esos muchos caprichos del destino cruel que te quiere hacer sufrir?"

Un susurro entonces nace del corazon, como ruido atronador para la mente - "Uno no puede temer a amar de verdad" - pero la mente reprocha - "Mil veces puedes errar pero uno tiene que empezar a aprender de esas experiencias en las que te embarcas sin sentido, deja que yo te guie por nuevas sendas hacia el esperado amanecer que te empeñas en no ver"

El alma entiende que con menos palabras un corazon puro puede expresar mucho mas daño con su silencio que una mente con toda su palabreria. Las palabras si no se las llena de sentimiento mientra se ecriben, inevitablemente caeran en nuestro olvido, pero si aprendemos a amar cada palabra que expresamos, muchos daños podrian ser evitados y podriamos empezar a comprendernos. Algo vuelve a llamar la atencion del alma que sigue obserbando su vasija que yace frente a una cama rendido por sus propios conflictos.

" ... quien podria amarnos?" - hirio al corazon con un golpe bajo - "¿quien podria amar a alguien cuyo fisico quiere aparentar su interior pero que ya ha sido condenado ... ?

Entonces supo el alma que el corazon habia ganado con su temple y fortaleza sin mostrar su debilidad. La mente, agotada, se retiro indignada.