sábado, 2 de agosto de 2008

Carta sin receptor

Solo deseo que revivas los momentos divinos que vivimos y vuelvas a contemplar la fortaleza inexpugnable de tu soledad de la que me gustaria disfrutar y compartir para que seamos uno, dos soledades que se complementan pueden atravesar valles de lagrimas del pasado sin tener que recurrir para afrontar la adversidades. Oh dulce maestra y dueña de mis sensaciones, dejame revivir junto a ti sentimientos olvidados por las calamidades que han forjado nuestro presente, en el que tu eres una diosa y yo tu humilde sirviente.

Cada vez que bajas y apareces con tu alma atravesando las calles del laberinto que nos une y separa, soy ciego, siempre esperando la dulce sorpresa de un milagro que acaba de acontecer como la mision de un angel que se aparta del coro celestial solo para honrar asi las horas que juntos pasamos.

Me atrevo a decir que somos un vinculo de union celestial que bailan en el vaivén del tiempo que aguarda con un soplo de respiracion nuestro movimiento acompasado de un pendulo metaforico que se alza juntos para formar parte de la eternidad y que ella sea parte de nosotros, para que nuestra conexion sea mas fuerte que las efimeridades, y lo que hoy compartimos sea el secreto mejor guardado de nuestra relacion.

Lo prometo. Prometo cuidar de ti en el mismo segundo que tu aceptes este contrato de entrega de tu fiel vasallo y guerrero para que por ti conquiste reinos enteros a lomos de el pajaro del aire de nuestra libertad que camina rozando la estabilidad y elevandose al cielo para llevaros a disfrutar del paraiso de nuestro romanticismo de ideales bohemios.

Emprendo paciente ahora la espera que aguarda el momento de la señal para que caiga la estrella que avisa de la proxima visita de mi angel que anuncia el momento y el lugar en el que llegues tu.

Que nuestros destinos queden unidos para siempre, y no me aleje jamas de ti, si asi tu lo deseas, mi princesa.

Con cariño, Chibi.

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